NEYMAR. OLOR A GOL Y PETRÓLEO

Que el fútbol es el deporte más popular del mundo, que extiende sus adeptos y fanáticos cada vez en más países y que se convirtió en uno de los trampolines de ascenso social es absolutamente evidente. Tal vez por eso, los canales de TV y los programas de radio especializados en ‘deportes’ cuando refieren a deportes en verdad refieren al fútbol, o mejor, al negocio del fútbol.


Hace décadas, Diego Maradona dijo alguna vez:

“Al Diego, a mí, me sacaron de Villa Fiorito y me revolearon de una patada en el culo a París, a la torre Eiffel. Yo tenía puesto el pantalón de siempre, el único, el que usaba en el invierno y en el verano, ése de corderoy. Allá caí y me pidieron, me exigieron, que dijera lo que tenía que decir, que actuara como tenía que actuar, que hiciera lo que ellos quisieran. Y yo hice. Yo… hice lo que pude, creo que tan mal no me fue.”

Porque hace 50 años que el negocio del fútbol es grande. Muy grande.

El 4 de agosto, el club de fútbol francés Paris Saint-Germain puso unos 264 millones de dólares para llevarse a uno de los jugadores que forman el tridente del Barcelona, Neymar.


La compra del brasileño Neymar Da Silva Santos Jr. es la adquisición más cara de jugadores en la historia. Sin embargo, la apuesta no incluye su salario, bonos u otros costos, todo lo cual podría elevar el precio del acuerdo a unos 600 millones de dólares. Se menciona que su contrato anual sería de 39 millones de dólares al año.
Esas cifras incluso duplican lo que pagó hace un año el Manchester United para quedarse con el franco-guineano Paul Pogba, quien militaba en la Juventus de Italia. Hasta aquí, cualquier seguidor del ‘mundo fútbol’, tiene todo más o menos claro.

Arsene Wenger, el francés que gerencia el equipo londinense Arsenal cuyo auspiciante es la aerolínea Emirates, decía:

“todo indica que la inflación en el fútbol se acelera. Hace un año cruzamos la barrera de los 100 millones de euros, y ahora la de los 200 millones. De solo pensar que Trevor Francis fue en 1979 el primer jugador por el que se pagó 1 millón de libras esterlinas –y eso ya sonaba a irracional- vemos la irracionalidad a la que llegamos. Todo está fuera de cualquier cálculo”.

Sin embargo, hay un juego atrás del juego del fútbol, y en esa disputa los jugadores son otros.


En el año 2011, el PSG-Paris Saint-Germain pasó a manos de una empresa estatal de Qatar: la Qatar Sports Investments-QSI. Para los dueños del emirato (y del club) se trata de un ajedrez. El PSG tendría que ganar la Champions League de Europa porque Qatar será sede del Mundial 2022. Y para eso hacía falta la ficha Neymar.

Es casi una obviedad que la empresa qatarí de deportes se sostiene por la petro-riqueza cuasi infinita del Golfo. Pero Qatar mantiene una reciente virulenta disputa con los jefes y jeques de Egipto, Arabia Saudí, Bahrein y Emiratos Árabes Unidos, que tras el superalineamiento de los sauditas en torno a Donald Trump (parte del alineamiento son los acuerdos firmados por los cuales los árabes comprarán 100 mil millones de dólares en armamento norteamericano), han lanzado un boicot a Qatar.

Doha, la capital de Qatar

Los estados «bloqueadores» afirman que Doha (Qatar) financia a grupos extremistas (suena a broma cuando los sauditas han financiado al ISIS-Daesh), y que mantienen una cadena de televisión ‘subversiva’ (sic) que tiene 80 sedes en el mundo: Al Jazeera. La urticaria también es, sin duda, consecuencia de su amistad con Irán.

En tanto, los qatarís afirman que sus adversarios, principalmente Arabia Saudita y los Emiratos Árabes Unidos, quieren despojarlos de su soberanía.

Christopher Davidson, experto en política en Oriente Medio de la Universidad inglesa de Durham, evaluó la compra de Neymar en estos términos:

«Suena como un montón de dinero, pero dado que las apuestas son cientos de miles de millones de dólares a causa de la Copa del Mundo, Neymar será visto como una buena inversión por Qatar, y una prueba de que tienen los fondos y la liquidez disponible para avanzar, y para seguir siendo tomados en serio».

La escalada entre los 4 jinetes y Qatar llegó al punto de que en esos países donde Messi, Neymar, Suárez y el Barca son tremendamente populares, se prohibiera usar en público la camiseta porque el auspiciante -hasta hoy- era Qatar Airways. La guerra de camisetas esconde la guerra política y los alineamientos que emanan de los petrodólares. Fly Emirates es sponsor principal de Real Madrid, el Arsenal, el Milan, el Benfica, el Olympiacos y el Hamburgo entre varios otros equipos. Y lo será de Boca Juniors. Y como era de esperar, el PSG que ‘pertenecía’ a Emirates por un módico canon de 25 millones de euros al año, tendrá como ‘main sponsor’ a Qatar Airways, con Neymar.

Botín de fútbol con el nombre de Neymar

Dentro del deporte, entrenadores y funcionarios afirman que hay una potencial injusticia de la riqueza soberana de un estado cuando se utiliza para alimentar a un equipo. Los intentos de imponer reglas de «fair play financiero» parecen impotentes, o son ignoradas.

El manager del Arsenal, Arsene Wenger sostuvo: «Una vez que un país posee un club, todo es posible”.

El emirato, por fuera de lo deportivo, es un inversor en el gigante minero Glencore, y dueño de edificios en Londres. Desde hace varios años posee la mítica Harrods en Londres, por la cual pagó más de 1500 millones de libras esterlinas. Pero lo más visible es el deporte, y en especial el fútbol.

Los tenistas Djokovic y Nadal posan con autoridades de Qatar durante el torneo de tenis 2016

En 2006 albergó los Asian Games, y en 2011 la final de la Asian Cup de fútbol, y tiene torneos de primerísimo nivel en tenis y de motos.

La decisión de que Qatar fuera sede del Mundial 2022 estuvo llena de sospechas. Tratándose de la FIFA todo es posible.

El mundo todavía espera aclaraciones sobre el FIFA-gate y sobre la intensa y extensa red de corrupción en la subsede de la FIFA en Sudamérica.

La Copa mundial que seguirá a Rusia 2018 se desarrollará en 8 estadios, y ese camino comenzó en 2004, cuando la Aspire Academy de Qatar comenzó a entrenar a jóvenes promisorios.


  • ALGO MÁS SOBRE EL BOICOT

Un poco para demostrar que van por buen camino y que el boicot de los super-petroleros no dañó su plan original, Gerard Piqué, Sergio Busquets y Jordi Alba viajaron hace poco a la academia de fútbol, y en un centro comercial de lujo en Doha saludaron y firmaron camisetas a los fans del Barcelona, e incluso al emir qatarí que asumió la ‘batalla’ contra el boicot. De hecho, Xavi Hernández que juega para el club Al-Saad de Qatar filmó un breve video donde pide por ‘el fin del bloqueo contra Qatar’.

Xavi Hernández en Qatar

¿Cómo reaccionaron los clubes, sus gerentes y sus sponsors frente a la estocada de los qataríes?

El Barcelona le renovó a Messi el contrato hasta 2021, y si decidiera rescindir el contrato (o sea, hacer ‘la gran Neymar’) los catalanes debieran recibir 350 millones de dólares.

El archirrival, Real Madrid, subió la apuesta: si Cristiano Ronaldo, Gareth Bale o Karim Benzema eligieran cambiar de club, el pase le costaría al club comprador 1000 millones de dólares por cada uno de ellos.

Estadios proyectados para el Mundial 2022

Los lectores curiosos encontrarán en este link un amplio listado con las más recientes y millonarias transacciones de futbolistas en las ligas europeas:

http://es.euronews.com/2017/08/10/ell-mercado-futbolistico-a-la-espera-del-traspaso-de-neymar

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