LA CENTENARIA INVASIÓN A HAITÍ

Si Haití no ocupara un lugar estratégico en el Caribe, si no fuera una comprobada ruta de los narcos hacia la Florida, si no ofreciera bases militares a una potencia extranjera como Estados Unidos, si no tuviera minas de enorme valor, si no se cultivara allí un insumo para los perfumes que usan los más ricos entre los ricos del mundo, si no emergiera como una nueva meca para la construcción de hoteles-resort de extremo lujo…¿importaría Haití?

La historia reciente muestra que debieron celebrarse nuevas elecciones para reemplazar al presidente Michel Martelly. Denuncias de todo tipo lo impidieron. Y Martelly debería irse este 7 de febrero de 2016.

El todavía presidente, un aliado firme de Washington, se reunió extensamente con los líderes de las Cámaras del Senado y de Diputados, con quienes pactó una transición. Un gobierno de transición que desempantane 2 meses de caos social que amenaza con hacer estallar el país en mil pedazos.

El 5 de febrero, el gobierno del presidente Barack Obama declaró que apoya «todos los esfuerzos dirigidos a encontrar soluciones de consenso y constructivas que concluyan el proceso electoral de forma expedita», según un portavoz del Departamento de Estado. El opositor Jude Celestin, después de sus denuncias de fraude en la primera ronda del 25 de octubre pasado, se negó a participar en la segunda, además de exigir la renuncia de Martelly y la instauración de un Gobierno de transición que, en un plazo de 90 días, organice nuevos comicios.

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Sandra Honoré, la Representante Especial del Secretario General de la ONU declara que las Naciones Unidas apoyan las iniciativas y los esfuerzos del gobierno haitiano y los diversos sectores de la vida política para encontrar una pronta salida a la crisis y mantener la gobernabilidad. Al mismo tiempo que la oposición nucleada en el G-8 apunta a la comunidad internacional por los problemas del país, Sandra Honoré reiteró a los miembros del Core Group (donde están todos los países vinculados con la garantía de paz) que no deben interferir en la política doméstica, y que la MINUSTAH no debe participar en el diálogo: “Es un diálogo entre haitianos”, remarcó.

El periodista Lucas Laviana Solanet, en un viaje premonitorio organizado en febrero de 2015 a Haití, nos entrega la segunda parte de su viaje. Doce meses después, los hechos y los datos cobran aún más relevancia. El hilo comienza en su primera entrega “Haití: retazos de una isla a la deriva”.

Culminó el primer día. Nos levantamos muy temprano, como los militares. Nos prometen una recorrida por la mañana. Queremos ir al Palacio Nacional, todavía derrumbado por el terremoto.

Mientras desayuno cruzo a soldados norteamericanos. Les pregunto por su estadía en Haití mientras caminamos a nuestras mesas: “Es mejor que Afganistán”, contesta uno y sonríe.

Condicionados por el poco tiempo, salimos y vamos en caravana solo por una zona comercial, siempre en los camiones oficiales y fuertemente custodiados. Llegamos a un cruce con tránsito pesado. Hay un semáforo, el único que vi en el viaje, pero no funciona. Un policía local intenta organizar el movimiento, difícil.

El “Medal Parade” que motivó el viaje de la prensa con el ministro de Defensa Agustín Rossi se realiza en el hospital, donde Leonel y otros trabajadores del centro de salud entregan una copia del discurso que en minutos más dará Carl Alexandre, norteamericano, segunda máxima autoridad de la Misión de Paz. Avisan que la trinitense Sandra Honoré, no será de la partida.

Leemos el texto del discurso, incrédulos, y es inevitable esbozar una mueca por algunos fragmentos como estos:

“Una de las más insignes cantautoras, Mercedes Sosa, decía en una de sus letras ‘lo que cambió ayer, tendrá que cambiar mañana’. Quiero que sepan que la gratitud de Naciones Unidas por lo que han ayudado a conseguir aquí quedará por siempre”.

“En un esfuerzo por transmitir valores más allá de sus deberes operativos, formaron un equipo de rugby con unos 50 niños para enseñarles los valores del trabajo en equipo, disciplina y respeto, trayendo el espíritu de ‘Los Pumas’, la selección nacional de rugby de su país, a Haití”.

“En nombre del Secretario General Ban Ki-Moon, es un placer condecerles a todos ustedes la Medalla de Naciones Unidas en reconocimiento a su gran contribución hacia la reconstrucción de un entorno y seguro en Haití. Felicidades y, como diría Soda Stereo, gracias totales!”.

Más allá de que la letra de Todo Cambia es del chileno Julio Numhauser, vale la intención, creo. Un discurso con algunos guiños argentos colados en una bajada de línea sobre la estabilización, reconstrucción y orden en Haití.

Un coro de niños canta La Dessalinienne, el himno nacional. Un himno que tiene varias versiones y hasta varias letras. La revolución haitiana fue en 1804 pero el himno llama a morir por la patria en 1904. Luego vendría el argentino. Saludo protocolar de Rossi a los soldados, discurso y la ceremonia está terminada.

Hay lugar para brindis y almuerzo. La charla más relajada con Alexandre, convencido que irá disminuyendo la presencia militar en los próximos años, con el crecimiento de la Policía Nacional haitiana, entrenada por los EE.UU.

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La estabilidad política de Haití ha estado condicionada por una histórica semi-ocupación norteamericana, y por los diferentes proyectos extractivistas altamente rentables. El forestal es uno, el minero es otro. En Haití se debate desde 2013 un proyecto de minería impulsado y supervisado en forma técnica por el Banco Mundial. Sin leerlo, uno se puede imaginar el tenor de una iniciativa de ese tipo. La iniciativa elimina los controles parlamentarios -hoy paralizado hasta que se vote el nuevo congreso-, e incluso permite que los acuerdos sean secretos, según un borrador que se filtró en 2014 . Es para extracción de oro y otros minerales. Las organizaciones socioambientales e incluso las mineras fueron excluidas del debate, como el Colectivo de Minería Justa. Temen que se termine de destruir el suelo -ya bastante castigado por la deforestación-, en una población agraria. Desde 2013(1) que hicieron presentaciones ante la justicia para frenar el proyecto, y la importancia de las elecciones es que sin un Congreso funcionando a pleno, el proyecto minero no sale.

[1] http://www.accountabilitycounsel.org/wp-content/uploads/2015/01/Draft-Mineral-Law.pdf

Hablamos previamente de la importancia de los Clinton, él y ella. Pero hay más.

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Estados Unidos ocupó militarmente Haití por primera vez hace ya un siglo. Fue en 1915 y duró 19 años, sometiendo al país a la banca de Nueva York en una importante avanzada económica. Tras 1934, pasaron algunas décadas y a fines de los 50 vino una segunda presencia, pero ya desde otro lugar. Estamos en plena Guerra Fría, avanza la guerrilla en Cuba, y EE.UU. quiso garantizar una posición estratégica en el Caribe. Su carta fue el carismático líder político, Francois Duvalier, o mejor conocido como Papa Doc.
A partir de la doctrina anticomunista del entonces presidente Dwight D. Eisenhower, se avanzó sobre Haití. Se impuso la dictadura de Papa Doc en 1957, para luego convocar a elecciones e intentar mostrar una ‘voluntad democrática’. Por supuesto, ganó Papa Doc. Un año después firmaría un acuerdo contra el comunismo con su par dominicano Rafael Trujillo. Con un discurso favorable a los campesinos, Duvalier hizo una constante política en contra de los intereses de los agricultores y a favor de las multinacionales. Una vez más, para sostener este tipo de proyectos, Papa Doc creó una suerte de cuerpo parapolicial llamado Tontons Macoutes, quienes cometieron innumerables atrocidades, asesinatos y saqueos.
Su régimen se prolongó durante 14 años hasta su muerte en 1971, y continuado por su hijo Jean-Claude Duvalier, quien asumió la presidencia con solo 19 años. Denominado Bebe Doc, gobernó hasta 1986 cuando fue derrocado por otro gobierno de facto. Su sucesor, el militar Henri Namphy llevó adelante un duvalierismo sin Duvalier.

Un cura, Jean Bertrand Aristide emerge en 1988 con un mensaje diferente. Habla de la salida de los gobiernos dictatoriales con una revolución. Sobrevivió distintos atentados, y en 1991 fue elegido Presidente pero derrocado rápidamente. Vuelve en 1994, pero en acuerdo con el gobierno norteamericano y aplicando las políticas neoliberales del Consenso de Washington.

Del ‘94 en adelante, se reparten las presidencias entre Aristide y quien fuera su Primer Ministro, René Preval. La continuidad de las privatizaciones y otras exigencias del FMI se quiebran con la tercera presidencia del cura, la segunda en términos constitucionales. En el transcurso de 2001 y 2002 Aristide restablece relaciones diplomáticas con Cuba y tiende puentes con el venezolano Hugo Chávez Frías.

En aquel momento, el entonces mandatario George W. Bush había nombrado -con la resistencia del Congreso- al cubano-norteamericano Otto Reich como Subsecretario de Estado para Asuntos del Hemisferio Occidental, alto cargo desde donde se coordina la política exterior de EE.UU. A Reich, conocido anticastrista y lobista político, se lo vincula al intento de Golpe de Estado a Chávez en 2002.

Ni Reich, ni por supuesto Bush recibieron con beneplácito el giro de Aristide hacia esos gobiernos y devino un nuevo y definitivo derrocamiento del clérigo en 2004. Las revueltas populares, y la asunción interina del titular del Tribunal Supremo, Boniface Alexandre son la antesala de la MINUSTAH. Una ocupación junto a la ONU con fundamentos de estabilidad, tras un siglo de intervención económica, comercial y también militar.

Antes de esta legislación que se intenta imponer, ya había negocios con el sector minero, y es allí donde vuelven a aparecer los Clinton. En este caso, uno de los hermanos de Hillary: Tony Rodham, quien en 2012 se hizo acreedor de una de las dos licencias de explotación de oro que otorga el gobierno haitiano.

Puntualmente, Rodham participa de la Junta Directiva de la compañía minera de Carolina del Norte, VCS Mining, junto al ex primer ministro de Haití Jean-Max Bellerive, según confirmó el periodista norteamericano Peter Schweizer en su best-seller Clinton Cash: The Untold Story of How and Why Foreign Governments and Businesses Helped Make Bill and Hillary Rich (El dinero Clinton: La historia no contada sobre cómo gobiernos extranjeros y negociados ayudaron a Bill y Hillary a hacerse ricos).

El presidente de VCS Mining, el haitiano-estadounidense Angelo Viard, dijo que Bellerive y Rodham son solo asesores, pero confirmó la participación de Rodham en la empresa. Este permiso fue el primero otorgado en 50 años en la isla. El otro fue para la canadiense Majescor Resources Inc. Ambas concesiones para operar al norte de Morne Bossa.

De todas maneras, prácticamente no pudieron iniciar sus actividades. A los pocos meses -en 2012- el Parlamento de Haití frenó la actividad minera. Luego, en 2013 vino el mencionado proyecto del Banco Mundial, y el último tiempo transcurrió con el constante temor de que el presidente Martelly lo impusiera por decreto. Eso no ocurrió, y es un tema pendiente y polémico.

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Finalizada la ceremonia, regresamos al hotel para llevarnos los bolsos. Otro operativo militar de película. En simultáneo, llegan vehículos cargados de jóvenes de diversos países que realizan tareas humanitarias, nos saludan.

Hacemos el check in. Sacamos todos los repelentes de mosquito y los regalamos a los familiares de los locales que viajan. La transmisión de enfermedades como el dengue o la fiebre amarilla es común en Haití. En el trámite, nos conocemos con Alice, una antropóloga francesa de tez blanca, pelo claro, que hace años viaja a Haití en sus trabajos de campo. Nosotros nos vamos frustrados de no poder caminar por la calle e intercambiar con los haitianos. Alice nos cuenta que ella camina por las calles de Puerto Príncipe. Que al comienzo los locales se sorprenden, pero a los pocos minutos bajan la guardia. De esta manera rompe la distancia y puede relacionarse de una manera más transparente.

Se hospeda en casas de conocidos y no tanto, siempre cerca del pueblo. Primero temía al vudú y todo lo que lo rodeaba, hasta que pudo descubrir en todas sus facetas la muy difundida religión africana. ¡Salir de la imagen occidental del vudú y los muñecos clavados por alfileres! Me cuenta que hasta los católicos, que son mayoría, lo practican en casos de emergencia.

Leonel es haitiano de Puerto Príncipe y no practica el vudú. Explica que la religión está en todos lados: dibujos en las paredes o algún collar colgado; pero que los encuentros son privados, a puerta cerrada. Las 17 muertes que hubo en el Carnaval 2015 las atribuyen a un mensaje del vudú.

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Desde octubre de 2010, el año del terremoto, murieron 8.592 personas por un brote de cólera en Haití. Según las Naciones Unidas, en agosto de 2014 se registran 250 nuevos casos por semana, es decir, un ritmo de contagio de una persona por hora. Está sobre todo concentrado en los departamentos del Centro, Norte y Artibonite.

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Sin embargo, los números fueron disminuyendo año a año. Los casos sospechosos de cólera se redujeron de 352.033 casos en 2011 a 101.722 en 2012, y 56.174 en 2013. Las estimaciones oficiales son optimistas de que siga bajando[2].

El cólera fue y es un problema enorme para Haití. Llegó meses después del terremoto, pero -aunque un juez de Nueva York niegue la responsabilidad de la ONU-, la MINUSTAH tiene un papel importante, protagónico.

Y se dice llegó, porque no nació allí la enfermedad. El epidemiólogo francés Renaud Piarroux comprobó que el cólera fue importado y que la fuente no provino de los campos de refugiados por el terremoto.

Contratado por el gobierno haitiano y junto a la Embajada de Francia, sus conclusiones pusieron en el foco a los Cascos Azules nepalíes de la misión, en Mirebalais. Los primeros casos aparecieron en las orillas del río Artibonite, próximo a la base de estos soldados.

Y si la MINUSTAH tiene al cólera como una de sus grandes desastres, no puede obviarse la violación de un joven haitiano por parte de cuatro militares uruguayos en 2011, todos condenados posteriormente.haiti-contra-minustah

Ya en la sala previa al abordaje. Me gusta llevarme los billetes de los países que visito. No tuve gastos, salvo el chip local para celular. Compro café y ron, un joven me recomienda qué llevarme: ron Barbancourt y café Rebo Deluxe.

[2] http://www2.unicef.org:60090/spanish/infobycountry/haiti_76198.html

Le cambio un dólar por algún billete. Es de 50 gourdes, con la imagen de Francois Cappoix, militar en la Revolución Haitiana de 1791 contra Francia.

Stéphane es haitiano pero vive en Nueva York. Es uno de los tantos jóvenes que tuvieron la oportunidad económica de estudiar y establecerse en el exterior. Ya Leonel me había hablado en el hospital militar acerca de quienes estudian en los colegios privados de la isla y se especializan afuera. La fuga de cerebros.

Stéphane estuvo con Clinton hace pocos días, junto a algunos campesinos. Es el jefe de operaciones de una empresa de artículos ecológicos de belleza fundada por haitianos en los EE.UU. Su diferencial en el mercado: el aceite negro de castor o ricino haitiano, un producto que no se consigue fuera de la isla, según me cuenta. Y lo exportan. Cotiza a más de 100 dólares la botellita de 100 ml.

Le pregunto por su rentabilidad y cómo es el trabajo en el campo. Se siente orgulloso de poder generar fuentes laborales en el sector agrario y comercializar un elemento autóctono. Stéphane aporta un dato desconocido; hay un insumo básico para la industria cosmética y de perfumería global: el aceite de vetiver. Haití es uno de los principales exportadores, junto a la India e Indonesia. El famoso perfume Coco Mademoiselle de Chanel contiene vetiver haitiano en su fragancia, como también el Acqua di Giò Essenza de Giorgio Armani. Solo dos familias de Haití administran el negocio y la exportación, me explica Stéphane. El país más pobre del continente, a niveles africanos, perfuma a los multimillonarios del mundo.

De febrero de 2015 a febrero de 2016.

Condenas económicas. Presta el Banco Mundial, presta el FMI. Dona el Banco Interamericano de Desarrollo. Sí: habla de un alivio de deuda en 2010, que canceló 484 millones de dólares, y que desde 2007 Haití es el único país miembro del banco que sólo recibe donaciones en vez de préstamos[3].

Donaciones o préstamos, la economista de Diálogo 2000-Jubileo Sur Argentina, Beverly Keene (también integrante de la organización Haití NO Minustah), explica que estos “alivios” de deuda se acompañan por los condicionamientos de privatizaciones, zonas libre de impuestos, “y con la mano de obra más barata de las Américas”.

[3] http://www.iadb.org/es/countries-old/haiti77/alivio-de-dueda,1013.html

Los arrodillan financieramente, pero también los sacan de sus hogares. Los campesinos de la Isla de Vache -parte del archipiélago haitiano- están siendo hostigados para construir más hoteles de lujo. Ya hay dos: Port Morgan y Abaka Bay.

Por Argentina, quedan 70 médicos militares en el hospital de Puerto Príncipe, y en los pasillos del Edificio Libertador deslizan que la política con respecto al envío -o repliegue- de tropas dependerá de la canciller Susana Malcorra, en una alineación con EE.UU. y Europa y lejos del bloque latinoamericano.
Y Malcorra es una conocedora de la causa haitiana. Fue jefa de las Misiones de Paz de la ONU.

 

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